martes, 15 de marzo de 2011

Integral en la Bora Fosca

El pasado domingo 6 de Marzo realice una más que disfrutable salida espeleológica con los compañeros de fatigas de siempre en estos casos, el Jordi y la Montse. Una de las 3 o 4 salidas al año que venga haciendo últimamente. La vida de papi casado y las mil y unas actividades en las que uno se encuentra liado continuamente no permiten aumentar la frecuencia de estas. Pero lo importante es disfrutar al máximo las pocas salidas que pueda realizar. Y este fue el caso. A pesar de los agobios reales que sufrí (me atrevería decir que sufrimos) dentro de la cueva, esa pequeña dosis de adrenalina explosiva que te da a veces cuando dentro de una sala caótica, llena de enormes piedras que parecen salidas de un desgraciado terremoto, no consigues dar a la primera con el pequeño agujero que te lleve a la siguiente galería, esos momentos de nerviosismo bien encauzados en la mente, una vez ya de vuelta en el coche, resultan realmente estimulantes. Además, que leches!!!, a ver si uno cuando llegue a viejo no tiene nada que contar a sus nietos (si es que no hemos muerto antes todos de una catástrofe mundial!!!).


En este caso, y como casi todas las semanas, el martes o miércoles recibí una propuesta por sms para realizar una salida espeleológica el domingo por la mañana. Es envidiable la constancia en este caso de Montse porque casi siempre les digo que no puedo, que tengo tal y cual tema, y siempre es verdad. Pero esa semana no tenía nada y apetecía mucho. Pero para calentarles un poco y ver si conseguía llevarlos a mi terreno, les empece a picarles diciéndoles que a ver si no me llevaban al típico avenc de un único pozo y sin interés añadido al que a veces me llevan.


Yo entiendo que ellos salen casi todas las semanas desde hace ya varios años, y que ahora se están dedicando minuciosamente a ir explorando semana tras semana nuevos agujeros para poder añadir al historial. Pero si una va tres veces al año como ya he comentado, la vez que va le apetece hacer algo medianamente disfrutable. Así que les hable de la Bora Fosca en la que ellos ya habían estado una vez (aunque solo la parte simple) y que sabía que, sobretodo, tenía una galería superior bastante bonita (concrecionada se llama en espeleo je, je).


Así que entro en San Google, busco información sobre la misma para decirles a donde quería ir, y la sorpresa me la llevo cuando encuentro que un grupo de investigaciónes espeleológicas (Secció d’Investigacions Espeleològiques - SIE) había redactado un informe completo de nuevos descubrimientos dentro de la Bora Fosca. Por lo visto investigando en un pequeño bujerín llamado la Bora del Medallo en la base del acantilado por debajo de la misma Bora Fosca, empezarón a desostruir pasos y pasos (a cual de ellos más estrechos por cierto) y poco a poco fueron viendo que la dirección que tomaba era el de la unión.


Total que hace cosa de 8 o 9 años este equipo había conseguido unir las dos cuevas con lo que la travesía se había convertido en una integral de más de 1200 metros de recorrido totales. Pero de todas formas mi idea no era hacer semejante machada, yo me conformaba con hacer simplemente la parte conocida de la Bora Fosca y subir a la galería superior más concrecionada.

Pero claro, el Jordi, una vez que le había picado, no se iba a conformar con hacer únicamente la parte sencilla. Nada más encontrarnos en su casa a las 7:30 me dijo que la idea era hacer la integral entera. La verdad es que mucha gracia no me hacía. No por nada, pero las fotos que había ido viendo de las nuevas galerías y salas encontradas la verdad es que no parecían de demasiado interés al menos visual. Quiero decir que el aspecto general de la parte nueva consiste en un inmenso caos de bloques y piedras enormes que parecen más los resultados de un terremoto que de los efectos moldeadores del agua en su continuo discurrir por el interior de la tierra. Pero bueno, no iba a ser yo el que me negase al tema.


Así que tras dirigirnos en dirección a Tavertet y el Esquirol zona en la que esta la cueva, y tras pedir las llaves en la puerta de entrada de la masía de Can Subiranes donde muy amablemente nos atendió la dueña (el hijo, Francesc Subiranes del propio SIE es del gremio y esta inmerso en constantes exploraciones en la zona del País Vasco tal como nos contó su madre, desde luego espeleología de primera división no de tercera regional como la que realizamos nosotros, je, je), nos dirigimos a atacar sin más la integral.


Desde luego la primera parte de la Bora Fosca, la galería hasta llegar al pozo y la propia galería superior (Galería Subiranes en honor a la familia anteriormente citada en cuyas tierras creo que es donde se encuentra la cueva) son el tramo más interesante. La galería superior se conserva en muy buen estado y tiene rincones realmente preciosos. De ella son todas las fotos con formaciones que muestro en la entrada.

Después bajemos el pozo, lleguemos a la sala de les Enllosada (llamada así porque esta repleta de unas enormes losas que ya te hacen intuir lo que va a ser el resto de la integral) que hasta los descubrimientos citados era el final conocido de la cavidad.


Y a partir de esta sala se puede decir que empieza la primera salida espeleologica seria que he realizado en los últimos 10 años. Je, je, se acabaron los pocitos únicos y sencillos con la sesión fotográfica en la base del pozo. Se acabo el volver a casa sin ni un rasguño, sin apenas haber sudado. Como entrante ademas, el paso más putas de toda la cueva, el Pas d'en Serrallonga (conocido bandolero catalán que se movía por la zona), llamada así, supongo, por lo bandido que debía de ser, je, je, el que decidió que eso era transitable por el ser humano. Es broma por supuesto, la espeleología ya se sabe que es eso y mucho más, pero cuando llegas a la Sala Enllosada, y dentro del caos infinito de bloques que te encuentras, de entre los diferentes agujeritos que ves, decides que uno de ellos, por el que apenas si pasa tu cuerpo, quizás sea el correcto para empezar la travesía, tras ese primer paso estrecho, reptando, asomando la cabeza para ver un segundo paso entre bloques y piedras que se te clavan por todos lados (la integral es del todo menos limpia), resptando de nuevo un metro y la historia que se vuelve a repetir indefinidamente y a lo largo de más de 40 metros, lo primero que te viene a la cabeza, y después de más de un cuarto de hora reptando, es que como no sea este el camino correcto, a ver como leches consigo dar la vuelta en tan poco espacio.

En esos momentos de ansiedad, y con una dosis de adrenalina extrema como hace tiempo que no sentía, yo que iba abriendo el camino realmente me puse a reptar como un poseso, y muy pronto perdía de vista los dos compañeros que me iban gritando, !!!!no corras que no sabemos por donde continuar!!!. Como si yo tuviese ni la más remota idea de si aquella ratonera llevaba a algún lado o no era más que la enésima galería sin retorno del laberinto del minotauro.


En fin, ya digo, al final después de mucho reptar a toda velocidad (los moratones que me quedaron en los brazos así lo atestiguan) conseguí llegar a una gatera más amplia donde me pude sentar a esperar a los compañeros que, yo creo que con la misma angustia que yo llevaba, me preguntaban si había llegado a algún sitio más ancho o a alguna sala. Vaya, si su kilométrico parto iba a acabar en buen puerto.

Después de estos interminables 40 metros al poco ya pude acceder a la primera gran sala de la parte nueva "La sala Final" donde comienza unos pasillos ya de mayor tamaño que nos van conduciendo de unas salas a otras. El recorrido es bastante exigente en todo momento. Siempre te vas moviendo entre caos de bloques, moviéndote de una piedra a otra y la sensación es de estar abriéndote paso entre los efectos devastadores de un terremoto (y no podría ser más oportuna la referencia pero, lo siento, eso es lo que sentí en ese momento). De vez en cuando los pasillos se estrechan y vuelves a tener que andar como mínimo de cuclillas.


A partir de ese momento pasemos algunos apuros sobretodo en la Sala Despressa donde el increíble caos de bloques no teníamos nada claro por donde continuaba la cavidad. Uno del grupo tiraba por una gatera inferior sin éxito. Otro lo intentaba por una vía lateral con el mismo resultado. En esos momentos, y teniendo en cuenta que no teníamos más carburo que el que teníamos puesto, a uno le da por pensar que como se quede sin carburo lo va a tener muy chungo para salir de la cueva, pero no son más que los malos rollos frutos de que la espeleología no es ahora mismo una actividad de la que me sienta dominador. El hecho de ir tan de uvas a peras hace que uno pierda la poca seguridad que pueda tener. De todas formas, tengo que reconocer que a pesar de los pesares, la verdad es que, una vez en casa, reflexionando sobre la excursión, no quedé del todo insatisfecho con como me moví en todo momento dentro de la integral.


Uno se acerca peligrosamente a los 40 pero aun se ve con ganas de afrontar ciertas dosis de emoción en mini aventuras como las que acabábamos de protagonizar. Después de eso solo destacar que al llegar a una de las salas, "La sala de les pixes" pudimos entender perfectamente porque le pusieron en su día ese nombre. Se podría decir que, de toda la parte nueva de la integral, se trata de las únicas formaciones destacables que encontremos.


Del resto de la integral decir que al final, justo antes de salir por la Bora del Medallo, vuelve a haber otro tramo en el que te tienes que volver a arrastrar. Supongo que la guinda del pastel. Cuando al hacer un viraje a la izquierda, comienzas a intuir la luz del exterior empiezas a entender en mi primera persona aquello de "ver la luz al final del viaje".

Solo me queda añadir que toda esta historia coincide con el domingo de la Rua del Carnestoltes. Y que como todos debéis saber el que escribe tiene un niño al que le había prometido llevar a dicha Rua. Total, que destrozado y con la espalda cargada de tanto arrastrarme, lleguemos a las seis a Sabadell, y como la verdad es que ya iba un poco tarde, me fuí directamente hacía la Rambla, y tengo que agradecerle a las dos típicas yayas maleducadas (que por el hecho de ser más bajas y con más mala leche que tu, y tener un juego de codazos y culetazos mejor ensayados que el tuyo, se consideran con el deber moral de quitarte el sitio que llevas una hora guardando en la acera) pasarme la última hora y media de tan agotador día, cargado con Martí a las espaldas para que el pobre pudiese ver algo de la Rua.

Por lo menos se podría decir que la salida consiguió algo inédito en mi. Llevarme disfrazado a una Rua de Carnaval!!!, disfrazado de Papi Espeleólogo aficionado!!!.


Un abrazo a todos los miembros y patizantes del Drecera!!!.

P.D. 1: Por cierto, casi todas las fotos excepto una creo, son de Jordi Navarro. En lo que respecta a tema fotografía de espeleología, no tengo nada que hacer con el, el tio está hecho todo un experto y además tenía un equipo muy pensado para el tema. Enhorabuena por las fotos Jordi!!!

P.D.2: Más información técnica sobre la cueva como siempre en el Espeleoindex, excelente trabajo el de esta web con los que Jordi y Montse me consta que de vez en cuando colaboran.




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